El aumento salarial no fue tan 'dulce'

Una gigantesta bandera de Colombia que hacía de techo (sostenido con palos) para un dramático escenario con sillas, muñecos vestidos con trajes de bioseguridad y hasta la simulación de un ataúdcon coronas fúnebres, llamó la atención de la ciudadanía este jueves desde tempranas horas, frente a las instalaciones del Hospital del 'Municipio Dulce'.

A su alrededor, uniformados de blanco, empleados del sector salud de dicha institución mostraban con sus voces y carteles, su inconformidad al considerar que no tienen un salario digno.

Mary Flores Moreno, auxiliar de enfermería y representante del sindicato del hospital, explicó que "el Gobierno Nacional dio un aumento salarial del 5.2 por ciento para los trabajadores del Estado, y resulta que a nosotros en el hospital se nos dio solo el 4 por ciento.

"Solo somos 25 del personal de la salud y 7 más administrativos que estamos de base (...) no entendemos por qué siempre nos dan un porcentaje diferente al que el Estado designa, cuando el Gobierno Nacional le giró al Hospital de Floridablanca 2 mil 300 millones de pesos, fuers de los casi 2 mil millones que recibió de la Secretaría de Salud departamental, y el año de nuevo aumento salarial vale 70 millones de pesos. ¿Por qué?"

Según la vocera, esto es solo "referente a los trabajadores de planta, porque además el hospital tiene 230 empleados de contrato, a quienes hace cuatro años que no les aumentan el salario. El argumento que nos dan es que están al día con nosotros, no nos deben pero tenemos los sueldos más bajos de Santander. Si se comparan los salarios de los contratistas con los de otro hospital, la diferencia es de 300, 400 y hasta 600 mil pesos, porque además no se le pagan nocturnos ni festivos a los contratistas y los de planta no recibimos esos recargos porque solo laboramos de día, de lunes a viernes, y nuestro pago es bajo.

"En la línea de batalla"

Mary explicó que no todos los inconformes estaban en presentes en la manifestación por estar laborando, pero sí acompañaban en espíritu. Por eso, los maniquíes uniformados llevaban nombres propios de algunos funcionarios de planta, pues como consigna repetían: "¡Nosotros no paramos, nosotros trabajamos pero protestamos". 

Lo hacen porque piensan que las condiciones de pago son injustas: "Se nos usa de forma indiscriminada", dicen. 

"Somos un hospital de referencia con el coronavirus y hemos estado en la línea de batalla, por lo que, para mí, esto es un trato inhumano", asegura Flores Moreno, "porque cuando todo el mundo estuvo en casa, nosotros tuvimos que pagar taxi de ida y vuelta para venir a trabajar, y la Administración no dijo: le vamos a dar para el taxi. Independientemente de quienes viven en Piedecuesta, Girón o Lebrija, pagamos transportes costosos para venir a ejercer nuestras funciones, sin sacarle el cuerpo a la brisa hasta el día de hoy".

Por eso este grupo de incansables trabajadores espera una pronta y positiva respuesta sobre el aumento de su remuneración.