En la escuelita de Barbosa ‘llueven’ los problemas

Un clamor por múltiples arreglos y más atención a la Sede B del colegio Integrado Llano Grande es lo que llevan elevando desde hace diez años los padres de la vereda Barbosa en Girón, quienes ven a sus niños en apuros a diario por el deterioro en la escuela y hasta por intrusos peligrosos.

Tatiana González, madre de dos niñas de 5 y 7 años, asegura que las necesidades abundan en las instalaciones donde estudian cerca de 54 niños de preescolar a quinto grado.

“Pasa de todo, el estado de los baños es terrible, no tienen tapa ni agua”, dice ella; una queja que se suma a la de los docentes y demás acudientes, en especial por la situación de pandemia.

“La seguridad es otra cosa. El colegio no tiene rejas y a veces los profesores llegan a las 4:00 o 5:00 de la mañana para abrir y ven a gente metida teniendo relaciones sexuales, consumiendo o borracho. 

“En ocasiones ‘ñeritos’ han entrado como si nada a pedirle monedas a los profes o los niños; además, ya se entraron a robar computadores y cositas de valor de la escuelita durante la pandemia”, cuenta Tatiana, preocupada por sus hijas. 

En esta institución, que recibe niños de la vereda y también del barrio Nuevo Girón, también se les cuela el agua a chorros en los salones cuando llueve fuerte y en los momentos de calor – que no son pocos en el municipio – tienen que llevar las jornadas como puedan con los escasos ventiladores que hay.

El tablero, el piso y las graderías de la cancha son otros de los tantos problemas pues su estado podría ocasionar accidentes para los menores de edad y para colmo de males el servicio de luz no es bueno y no hay comedor estudiantil.

“Para eso a los niños les toca sacar sillas y mesas para que puedan sentarse a comer”, relata otro de los adultos que permanecen con preocupación por la situación.

“Y ahora, de los tres docentes que hay quieren quitar uno porque debe haber mínimo 20 niños por profe y no alcanza. Pero igual es complicado porque van a tener que dictar de a tres cursos al tiempo en el mismo salón”.

Por todas estas problemáticas, papás y profesores llevan “desde 2012 pasando y pasando cartas para pedir que ayuden en una u otra cosa, pero nadie ha hecho nada”.

El pasado 28 de enero se habría pasado una de las más recientes solicitudes con un listado que enumera hasta 21 necesidades en cuanto a la planta física y en general… pero aún siguen sin respuesta y los riesgos son latentes.