Antonio Porras, el joven asesinado en ataque de sicarios en San Gil

Lo que inició como un encuentro cotidiano entre jóvenes en una calle del barrio José Antonio Galán terminó convertido en un episodio violento que sacudió a todo el sector. Según versiones recogidas en el lugar, dos hombres que se movilizaban en motocicleta irrumpieron de forma repentina y abrieron fuego contra quienes se encontraban departiendo, sin dar oportunidad de reacción.

El sonido de los disparos hizo que los residentes salieran alarmados de sus viviendas. Al llegar al sitio, se encontraron con una escena desgarradora: dos personas yacían sobre el pavimento, gravemente heridas. Una de ellas fue identificada como Antonio Porras, quien presentaba múltiples impactos de bala, entre ellos uno en el rostro, lo que evidenciaba la violencia del ataque.

Los intentos desesperados de la comunidad por auxiliarlo no lograron salvarle la vida y su fallecimiento fue confirmado en el mismo lugar. Para ese momento, los responsables ya se habían dado a la fuga, perdiéndose entre las calles del sector sin dejar rastro inmediato.

La otra persona alcanzó a sobrevivir, aunque con heridas de consideración. Ante la demora de los organismos de emergencia, vecinos del barrio decidieron actuar y lo trasladaron por sus propios medios a un centro asistencial cercano. De acuerdo con testigos, su estado de salud es crítico y permanece bajo atención médica especializada.

Minutos después, unidades de la Policía Nacional y agentes de la Sijin arribaron a la zona para asegurar el perímetro y adelantar las diligencias judiciales. La inspección técnica del cuerpo y la recolección de evidencias marcaron el inicio de una investigación que busca establecer si el ataque estuvo dirigido o si se trató de un hecho indiscriminado.

Información aportada por la comunidad señala que Antonio Porras era oriundo de la vereda Llano Grande, en el municipio de Pinchote, y que recientemente había culminado su servicio militar en el Ejército Nacional. Su muerte ha generado una ola de mensajes de despedida y dolor en redes sociales, donde amigos y allegados expresan incredulidad ante lo ocurrido.

Mientras avanza el proceso investigativo, los habitantes del barrio José Antonio Galán piden mayor presencia de las autoridades y acciones concretas para frenar la violencia que, una vez más, irrumpió sin aviso y dejó una familia destrozada.