El cirujano habría violentado a otra médico

Luego de conocerse públicamente la acción legal interpuesta por la médico bumanguesa María Paula Pizarro de 27 años, en contra del cirujano cardiovascular Antonio Figueredo, quien era su pareja y a quien señala de haberla atacado brutalmente, salió a la luz otra denuncia por violencia de género.

En este caso la víctima sería Erika Plata, una anestesióloga de 34 años quien aseguró también haber sido atacada por el hombre con quien tendría una relación sentimental en su momento.

En su testimonio entregado a la revista Semana, Plata expresó que “en2 012 ejercía el mismo cargo que actualmente tiene María Paula Pizarro. Me terminé enrollando con este señor. Estuvimos un año y medio de relación, en la cual él siempre me juró que estaba separado, cosa que no fue así. 

“Pero en el momento que yo empecé a dudar de esto, la relación se empezó a poner tormentosa. Cada vez que yo le reclamaba sobre su relación, recibía una jalada de cabello o un golpe”.

Aunque Erika señala que se fue de la capital santandereana hacia Bogotá para terminar con este martirio, en su relato Figueredo la encontró y viajó solo para darle una golpiza.

“Un día llegué a mi apartamento, él ingresó al momento que abrí la puerta y ahí empezó el terror. Cuando abrí, él empujó la puerta y a la fuerza ingresó al apartamento. Él acababa de llegar de viaje con su ‘exesposa y sus hijos’; así que yo le dije que se fuera con su mujer, que me dejara en paz.

“Pero de una vez se me aventó encima, me golpeó la parte de atrás de la cabeza y me botó al piso. Yo intenté defenderme empujándolo, pero cada vez que intentaba moverme me golpeaba la cabeza, me arañaba los brazos, así que yo decidí quedarme muy quieta por algunos momentos”.

La noche habría sido larga, con el sujeto encima pegándole en la mandíbula y hasta bajándole el pantalón e intentando quitarle su ropa interior, según contó Plata.

“Pero yo con una patada logré apartarme de él y traté de correr hacia mi habitación. Allá nuevamente me jaló del pelo y me lanzó al piso. Ahí sentí que no tenía escapatoria, así que cerré mis ojos y me quedé muy quieta, me mordió los brazos, me golpeó la cabeza una vez más y me decía que yo era una perra”.

Según la anestesióloga, luego de la arremetida, el cirujano salió de su apartamento y volvió a Bucaramanga, mientras ella entregó su relato a la URI de la Fiscalía en Paloquemao.

“Me enviaron a Medicina Legal y al día siguiente fui a urgencias de la clínica Reina Sofía para que revisaran mi mandíbula, ya que por uno de los golpes que recibí tenía limitación en la apertura de la boca. Gracias a Dios no tenía ninguna fractura y fueron solo contusiones”.