Entre cenizas y esperanza: la historia de Rosalba tras el incendio en un asentamiento de Bucaramanga

El amanecer en el sector de Las Pilas, en el asentamiento humano 12 de Octubre, llegó cargado de cenizas, silencio y dolor. Entre las decenas de familias afectadas por el voraz incendio de la noche anterior está la de Rosalba Villaveces, una mujer que recibió la noticia cuando se encontraba en su vivienda en Girón y quedó en shock al saber que las llamas habían alcanzado el lugar donde vivía su hermana.

La historia de Rosalba refleja el dolor que dejó el incendio en el asentamiento 12 de Octubre de Bucaramanga. Acompaña a su hermana y su nuera, quienes lo perdieron todo, y hoy, entre cenizas, saca fuerzas para seguir adelante. pic.twitter.com/IbvsBsRbcV— KÉ SE DICE (@kesedice) December 13, 2025

Rosalba supo de la tragedia al enterarse de que su hermana Lucila Villaveces y su nuera lo habían perdido todo. En cuestión de horas, los sueños construidos durante años se redujeron a escombros. Aunque Rosalba ya no residía en el asentamiento —había vendido su casa hace apenas 20 días para iniciar una nueva vida en Girón—, su corazón seguía anclado a ese territorio donde permanecen su familia, amigos y vecinos.

ENTRE CENIZAS, FE Y SOLIDARIDAD

Conmovida, pero firme, Rosalba sacó fuerzas para animar a los suyos. Al ver a su hermana devastada, le recordó que la vida es lo único irremplazable. “Teniendo vida, eso es más que suficiente”, le repetía, aferrándose a la fe y a la esperanza de volver a empezar, aun cuando el dolor parecía imposible de cargar.

Con lágrimas en los ojos, Rosalba recorrió los restos de lo que alguna vez fue hogar junto a Lucila y su nuera. Entre los escombros no solo quedaron pertenencias materiales, sino recuerdos, esfuerzos y proyectos. A esta tragedia se suma la preocupación por su sobrina, hija de Lucila, quien padece cáncer y perdió entre las llamas sus medicamentos y documentos médicos, una pérdida que hoy agrava la situación de la familia.

Mientras las autoridades avanzan en el censo para establecer la cifra oficial de damnificados y coordinar ayudas humanitarias, Rosalba y muchas otras familias esperan una mano solidaria. La tragedia ha despertado gestos de apoyo entre los santandereanos, que comienzan a unirse para ayudar a quienes hoy amanecieron sin nada, pero con la esperanza intacta de volver a levantarse.