Falleció hombre que resultó gravemente herido en incendio del barrio 12 de Octubre

El incendio que devastó el asentamiento del barrio 12 de Octubre cobró finalmente una vida. Víctor Rincón Yáñez, quien había sido trasladado de urgencia a la Unidad de Quemados del Hospital Internacional de Colombia, falleció tras varios días de lucha médica debido a la gravedad de las quemaduras sufridas durante la emergencia.

De acuerdo con información conocida, el adulto mayor presentaba lesiones severas en gran parte de su cuerpo. A pesar de la atención especializada recibida y de los procedimientos realizados por el personal de salud, su estado se deterioró progresivamente hasta que se confirmó su deceso en la jornada dominical.

Testimonios recopilados tras la tragedia señalan que, en medio del incendio, Rincón Yáñez habría intentado salvar a su mascota, un perro llamado Atila. En registros audiovisuales que circularon la noche del siniestro, se le observaba con quemaduras visibles en la espalda y los brazos, mientras era auxiliado por vecinos y socorristas.

Actualmente, el cuerpo del hombre permanece en la morgue del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Bucaramanga, donde se adelantan los procedimientos correspondientes.

El incendio que marcó este desenlace ocurrió la noche del viernes 12 de diciembre y se propagó con rapidez por el asentamiento del barrio 12 de Octubre. En cuestión de minutos, las llamas consumieron 58 viviendas, dejando a decenas de familias sin techo y generando una de las emergencias más graves registradas recientemente en el occidente de la ciudad.

Los organismos de socorro enfrentaron un escenario de alta complejidad, con múltiples focos activos y riesgo inminente de propagación hacia sectores aledaños. La magnitud del fuego obligó a desplegar todas las estaciones del Cuerpo Oficial de Bomberos de Bucaramanga, que trabajaron de forma simultánea para contener las llamas.

A la atención de la emergencia se sumó el Cuerpo de Bomberos de Floridablanca, que aportó personal, carrotanques y máquinas contraincendios para reforzar las labores. Gracias a esta articulación se logró evitar que el incendio alcanzara zonas vecinas con mayor densidad poblacional.

Tras la tragedia, las familias damnificadas levantaron campamentos improvisados en una cancha cercana, donde continúan viviendo en condiciones precarias. La falta de agua potable, servicios sanitarios y espacios adecuados ha incrementado la angustia de los afectados, quienes esperan una respuesta integral por parte de las autoridades.

Los habitantes del sector describen su situación como crítica, marcada por la exposición constante a la intemperie, la inseguridad y la ausencia de condiciones mínimas de habitabilidad, mientras la ciudad lamenta la muerte de una de las víctimas más gravemente afectadas por el incendio.