Lo ‘arrinconó’ la muerte en la Plaza de El Poblado

El gironés Jairo Alberto Plata Ortiz falleció en la noche de este domingo a causa de tres puñaladas recibidas en medio de un acto de intolerancia, cerca de la Plaza de Mercado de El Poblado en la ‘Villa de los Caballeros’.  
Hacia las 7:00 p.m. el hombre de 53 años se encontraba en la calle 43 con carrera 20 del Rincón de Girón Parte Baja, cuando sintió que un cuchillo lo cortaba profundamente en el hombro izquierdo, el antebrazo zurdo y en el tórax, heridas que no le habían dado más que unos minutos antes de morir.  
Hasta donde se sabe, el presunto agresor – de 25 años y quien estaba bajo los efectos del alcohol – dijo a las autoridades que había entrado en riña con la víctima porque está le había perpetrado un hurto.  
Según su versión, dos pacas de yuca habrían sido la ‘manzana de la discordia’, las cuales Plata Ortiz – supuestamente – había robado de un puesto de mercado del padre del atacante.
Sin embargo, el coronel Luis Quintero, subcomandante de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, indicó que se trató fue de “un hecho de intolerancia, una riña con arma cortopunzante”, que se produjo “durante el consumo de licor” del señalado homicida.
Mientras la Policía le ajustaba las esposas al perpetrador de la violenta riña, a Jairo Alberto lo llevaron hasta un centro asistencial de Girón desde donde fue remitido hasta la Clínica Comuneros. Pero la muerte lamentablemente ya lo había ‘arrinconado’ para llevárselo.  
En el recuerdo de quienes conocieron a la víctima, quedó “un buen hombre, conocido por casi todos en el barrio. Era una buena persona que compartía con la gente y la brindaba, él no necesitaba robar”.
Vecinos de la zona aseguran que Jairo Alberto anoche “lo empujaron cuando iba caminando, así de la nada, cayó al piso y después lo atacaron con el cuchillo cuando estaba en mitad de la calle (…) todo el mundo creía que se iba a salvar”… pero no fue así.
 

Un compromiso de la ciudadanía  

"Tal vez una actitud responsable permita que no se porten armas blancas o mucho menos armas de fuego cuando visitamos un establecimiento público donde vamos a consumir licor, para que no se termine con la vida de amigos, familiares, ni de otras personas que en condiciones sanas nunca se produciría”, indicó el uniformado.