‘Cayó’ trío que robaba ciclas profesionales en Bucaramanga

Haciéndose pasar por otros ciclistas en ruta y teniendo cómplices que embolataban a las víctimas pasándoles un cartón de huevos, tres delincuentes en Bucaramanga se ganaban la confianza de verdaderos practicantes del ciclismo para robarles sus bicicletas de alta gama.

Sin embargo, el trío cayó esta mañana en manos de las autoridades, quienes hicieron un seguimiento estricto a las denuncias hasta lograr dar con los sujetos y los ‘caballitos de acero’ robados, en una bodega de una empresa de envíos cerca del San Andresito La Isla, listas para ser enviadas a Bogotá.

Mónica fue una de las víctimas, quien expresó su gratitud y asombro por la rápida reacción de la Policía, pues en solo media hora volvió a tener su cicla de regreso.

Ella cuenta que un sujeto delgado la siguió desde el Majestic, haciéndole la charla sobre problemas de salud en los ciclistas y ofreciéndole un kit para ello. Aunque ella le decía que no, esta persona la siguió hasta que se encontraron con un segundo hombre, con un cartón de huevos.

En un par de segundos la ‘enredaron’ entre palabras y gestos en la carrera 40, de manera que ella terminó con el cartón en las manos y ellos con su bicicleta.

Otro caso de hurto

Un segundo caso fue el de un residente del barrio San Miguel, quien ‘rodaba’ por la carrera 27 con calle 35 cuando fue interceptado en el semáforo por otro presunto ciclista, en un velocípedo costoso; “no creo que se baje de los diez millones de pesos”, detalló la víctima.

Ante todo el uniforme, el casco y el tipo de vehículo, el afectado se confió en que la persona que lo acompañaba y empezó a hablarle era un amigo más de ruta, como suelen encontrarse.

El delincuente disfrazado lo siguió bajando por la Rosita y luego por el desvío a San Miguel, asegurando que era odontólogo, tenía una esposa fisioterapeuta y que también vivía por la zona, así acompañó a la víctima hasta su casa.

Luego le preguntó al ‘objetivo’ si tenía alguna tarjeta de presentación; ante la negativa, le dijo que lo acompañara cerca, a su consultorio, donde él (el delincuente) sí contaba con tarjetas.

Así se hizo la treta, fingió llamar a su esposa pero realmente le avisó a un cómplice, que llegó al poco tiempo con un cartón de huevos, una bolsa de agua y llamándolo ‘tío’.

El ‘sobrino’ deja los huevos en manos del ‘tío’, y toma su cicla para guardarla de una vez mientras va por las supuestas tarjetas arriba, quedando de nuevo a solas la víctima y el victimario.

El delincuente le dice al incauto ciclista que le sostenga el cartón y el agua y que le permita pesar su bicicleta, con lo cual se monta en esta y luego pedalea hasta perderse del mapa, cumpliendo con el robo.

Todo esto fue puesto en conocimiento de la Policía, que desplegó sus actividades hasta dieron con la bodega donde estaban los tres malhechores y tres bicicletas avaluadas en más de 30 millones de pesos, que habían sido robados previamente.