Se les quemó el niño y no dijeron nada

Una llamada anónima a la línea de emergencias 123 de la Policía Metropolitana de Bucaramanga, dejó al descubierto el insólito caso de un niño de 11 años que se había quemado con pólvora el pasado 31 de diciembre, pero que permanecía oculto por sus padres para evitar las consecuencias.

El hecho se conoció el pasado domingo a través del denuncio telefónico. Inicialmente los uniformados acudieron al barrio El Reposo de Floridablanca para entrevistarse con los progenitores del menor, quienes negaron que algo como eso hubiera ocurrido.

Sin embargo, nuevamente llamaron a la línea 123 para insistir que era una situación real. El denunciante aseguraba que el niño se quejaba de dolores, producto de las quemaduras.

Por eso ahora el cuadrante regresó con apoyo del grupo de Protección a la Infancia y Adolescencia, quienes - por medio de la norma - lograron que la madre del menor lo entregara para que se iniciara el restablecimiento de sus derechos.

Una vez en custodia de las autoridades, el pequeño fue trasladado de urgencia al Hospital Universitario de Santander, siendo atendido de inmediato. Se encuentra estable y a la espera de ser valorado por el médico especialista. 

Un aparente accidente… pero escondido

El niño registraría una quemadura a la altura de su ojo izquierdo, producida por un tote que fue arrojado por otro niño con quien quemaba pólvora la noche del 31. 

Según testigos, al no estallar la pirotecnia, el menor manipuló el artefacto, que segundos después le ocasiona la lesión en su rostro.

En cuanto a los padres de familia el Icbf en asocio con la Comisaría de Familia de Floridablanca y la Policía de Infancia y Adolescencia, iniciaron las investigaciones correspondientes para determinar su nivel de responsabilidad.

De hallarse responsables, los progenitores podrían exponerse hasta a la pérdida de la patria potestad del menor. 

Más Cuidado 

Aún continúan algunas fechas especiales de Fin de Año y temporada de vacaciones, por lo cual las autoridades les reiteran a los ciudadanos que el uso de la pólvora se encuentra prohibido y los invitan a que asuman el nivel de responsabilidad social al respecto, evitando la imposición de medidas correctivas a través del código nacional de convivencia y seguridad ciudadana.