Sismo del miércoles en Santander sí cobró una vida: Fabio Pérez, un minero

La madrugada del 10 de diciembre trajo consigo una sacudida que se sintió con intensidad en gran parte del territorio nacional, pero que tuvo consecuencias devastadoras específicamente en el departamento de Bolívar. Fabio Pérez Romero, un hombre dedicado por años a la minería artesanal, perdió la vida bajo toneladas de material rocoso en la mina aurífera Viejo Santo. Lo que comenzó como una jornada de inspección rutinaria en las entrañas de la tierra, terminó abruptamente a las 3:27 a.m., justo cuando las ondas sísmicas generaron una reacción en cadena que desestabilizó la estructura del yacimiento.

Ubicada en la vereda Las Palmeras, un sector popularmente referenciado por los lugareños como 'Culoalzado', la mina no resistió la fuerza del sismo cuyo epicentro se localizó en Los Santos, Santander. Según los testimonios recopilados de los sobrevivientes, el estruendo interno fue ensordecedor. Las vigas y soportes metálicos que sostenían los túneles oscilaron con violencia, provocando el desprendimiento inmediato de grandes bloques de piedra. Mientras sus compañeros, ubicados en niveles superiores, lograron evacuar tras sentir las primeras vibraciones, Pérez Romero se encontraba en una profundidad mayor revisando una veta, posición que le impidió alcanzar la superficie a tiempo.

Los intentos iniciales de rescate por parte de los otros trabajadores resultaron infructuosos debido a la extrema inestabilidad del terreno tras el movimiento. El colapso parcial de la entrada principal del socavón bloqueó el acceso, obligando a los presentes a esperar la intervención de equipos especializados para no generar nuevos accidentes. Horas más tarde, cuando los organismos de socorro finalmente pudieron penetrar la zona del derrumbe y remover los escombros, confirmaron el deceso del minero, quien falleció a causa de los múltiples traumatismos provocados por el aplastamiento de las rocas.

Esta noticia ha causado una profunda conmoción en la población de Norosí, donde la víctima gozaba de gran aprecio por su incansable ética laboral y su rol fundamental como sostén de su familia. La administración municipal emitió un pronunciamiento oficial lamentando el suceso y extendiendo un mensaje de solidaridad a los deudos, exaltando la memoria de un ciudadano ejemplar. De igual forma, las redes sociales se han convertido en un muro de lamentos y homenajes, donde amigos y colegas describen la partida de Fabio como una pérdida irreparable y dolorosa para el gremio minero local.

Aunque la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo no reportó daños estructurales masivos a nivel nacional, este incidente resalta la vulnerabilidad crítica de las zonas de explotación subterránea ante eventos sísmicos de profundidad. El Servicio Geológico Colombiano detalló que el movimiento telúrico generó más de cinco mil reportes de percepción en cientos de centros poblados, pero lamentablemente, el caso de Norosí marca la nota luctuosa de la jornada, demostrando cómo la geología puede transformar el entorno de trabajo en una trampa mortal en cuestión de segundos.