¡Los bomberos también! La muerte que sigue tocando a los rescatistas del 9-11

Cientos de bomberos que acudieron el 11 de septiembre del 2001 a la llamada de socorro que se envió desde las Torres Gemelas tan pronto se estrelló el primer avión. Ya estaban allí rescatando a las personas cuando el colapso de los dos rascacielos detuvo su heroica labor y provocó la muerte de un total de 343 bomberos, que no pudieron escapar a tiempo y perecieron bajo los escombros.

Sin embargo, lamentablemente ellos no fueron los únicos socorristas que encontraron el fin de su vida a causa del atentado terrorista, pues hoy, 20 años después, más de 200 han fallecido año a año debido a complicaciones relacionadas con las labores de rescate.

Según ha informado el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, los ataques del 11-S provocaron diversos problemas de salud, como lesiones traumáticas agudas, enfermedades de los sistemas respiratorio y digestivo e, incluso, cánceres como linfomas, leucemias y mielomas, no sólo en Bomberos, sino en Policías y otros socorristas.

La enfermedad

La principal causa de muerte ha sido una enfermedad conocida popularmente como 'enfermedad del World Trade Center' pues los bomberos y policías que trabajaron entre los escombros de las Torres Gemelas respiraron un polvo tan denso, debido a la alta alcalinidad, que sus pulmones aún no han podido recuperarse.

En el año 2019 falleció Richard Driscoll, recordado por ser el bombero número 200 en perder la vida después del atentado y como consecuencia del mismo. Richard habría sido uno de los primeros en llegar a la Zona Cero y allí permaneció trabajando con esperanza de encontrar vida.

“Fue su penúltimo gran servicio a la nación antes de aparcar para siempre el camión número 91, desde el que prestaba un servicio incansable al barrio de Harlem”, cita el diario El Confidencial.

Durante estos 20 años, los sobrevivientes han padecido asma, la bronquitis crónica o la obstrucción pulmonar , además de enfermedades cardiovasculares y daños psicológicos, pues tienen mayor tendencia a la depresión.

Un estudio a 12 años de la barbarie demostró que a los trabajadores del Departamento de Bomberos de Nueva York implicados les afectaba un 7% más el estrés postraumático que a sus compañeros, al tiempo que eran un 16,7% más propensos a sufrir depresión y, a consecuencia de ello, tenían un 3% más de riesgo de caer en el alcoholismo.