Mangos gigantes en la vereda Barirí de El Socorro

El amor que Liliana Garnica le ‘siembra’ a sus cultivos desde hace un par de años en la vereda Barirí del municipio de El Socorro, Santander, ha ‘rendido’ enormes frutos pues en sus tierras cosecha mangos gigantes.

Al igual que ella, la comunidad socorrana ha mostrado su asombro al notar el peso y el tamaño que han alcanzado estas frutas tipo ‘Tommy’ - con 6 kilos y 12 gramos y parecidas a un balón - y eso que aún están ‘biches’. Lo siente como “una noticia positiva para el país, en especial en este último tiempo”.

Para Liliana la clave está en su proceso orgánico. “Yo no era productora, no me dedicaba a la agricultura, pero compré hace cinco años esta finca pequeña con 60 árboles (de mango) que estaban enfermos (…) y empecé a aprender de lo orgánico para recuperarlos.

“Todo se radica en el mejoramiento de los suelos para que las cosechas mejoren, no solamente de tamaño sino con un sabor muy rico, y que realmente nutran con un contenido alto en minerales”, explica Garnica.

Para eso abona las plantas con su propia preparación mineralizada y también preparan su “propia microbiología. Y en ese proceso los mangos dieron un tamaño muy grande”.

Incluso, cuenta con cultivos de cacao, aguacate y cítricos, notando que también le salen enormes mandarinas “y limones criollos que parecen Tahití y son muy jugosos”.

Liliana cuenta que “cuando se realizó la cosecha no tuve la precaución de decirle al muchacho que me baja los mangos que todavía no me los tocará, porque los tenía en observación para ver hasta dónde llegaba el proceso de maduración”; pero a pesar de ese impase, todavía le quedan cuatro colgados que podrían crecer muchos más.

Cuando pesó los que se bajaron tiernos “no lo podía creer”. Recuerda que llamó “al trabajador a que mirara el peso, pero no le creí y entonces llamé a un vecino a que confirmara si estaba bien”… ¡Y sí!

“Esto es muy emocionante, lindo y gratificante, estoy contenta y sigo en mi proceso de aprendizaje. Todavía me falta ‘el pico y las patas’ para decir que realmente de agricultura orgánica”, asegura, pero va por muy buen camino, por lo que espera que sus mangos sean reconocidos en algún momento por el libro de Guinness Record. ¡Buena suerte Liliana!