Alerta sanitaria por la rápida expansión de la variante H3N2: escuelas cierran y hospitales se llenan

La variante H3N2 de la influenza está circulando con fuerza en países como Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Alemania, Irán, Rusia y el Reino Unido, donde los servicios de salud ya comienzan a notar un incremento sostenido de pacientes con cuadros respiratorios. El fenómeno preocupa a los especialistas porque ocurre antes de lo previsto para la temporada invernal.

De acuerdo con el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, en gran parte de Europa el virus se adelantó entre tres y cuatro semanas respecto a los patrones históricos. Este comportamiento atípico ha tomado por sorpresa a los sistemas sanitarios, que normalmente se preparan para un pico más tardío.

España y el Reino Unido concentran algunos de los escenarios más complejos. En territorio español, la incidencia de la gripe ya supera los 600 casos por cada 100 mil habitantes, y en determinadas comunidades la cifra se ha disparado hasta rondar los 1.600, un nivel que no se veía en esta fase del año.

En el Reino Unido, el avance del virus ha tenido efectos directos en el ámbito educativo. Varias escuelas se vieron obligadas a cerrar temporalmente tras brotes masivos. El episodio más llamativo ocurrió en Caerphilly, en Gales, donde más de 250 alumnos y trabajadores enfermaron de manera simultánea, lo que llevó a suspender las clases y a realizar una desinfección completa del centro.

Las cifras hospitalarias también reflejan la magnitud del problema. El Servicio Nacional de Salud británico (NHS) reportó 1.717 hospitalizaciones por gripe a finales de noviembre, el registro más alto para este periodo en años recientes. A esto se suma que la variante presenta una mutación conocida como “K”, asociada a una mayor facilidad de contagio, aunque las autoridades recalcan que las vacunas actuales siguen ofreciendo protección.

Especialistas explican que la llamada H3N2 K pertenece al virus de la Influenza A y no se caracteriza por provocar cuadros más graves, sino por transmitirse con mayor rapidez. Los grupos más vulnerables siguen siendo los niños menores de cinco años y los adultos mayores, quienes concentran el mayor riesgo de complicaciones.

Los síntomas pueden confundirse fácilmente con los del COVID-19, por lo que los expertos recomiendan pruebas combinadas para un diagnóstico certero. Entre las señales más frecuentes se encuentran la fiebre superior a los 38 grados, una tos seca persistente que puede prolongarse hasta dos semanas, así como dolor de garganta y un malestar general intenso. Las autoridades sanitarias insisten en evitar la automedicación y acudir de inmediato a consulta médica, especialmente en personas con factores de riesgo.