En el Marcito están ‘con el agua hasta al cuello’

Los habitantes de la vereda El Marcito de San Vicente de Chucurí, Santander, llevan cerca de un año ‘con el agua al cuello’, ‘ahogándoles’ los cultivos, bloqueándoles el paso y robándoles la tranquilidad.

Al salir a la vía principal que conecta a Llana Caliente con el Carmen de Chucurí, más que conducir una moto u otro vehículo, parece que ‘navegan’ cada vez que el río se desborda y los invade.

Y cuando el afluente ‘se calma’ y desciende, tan solo les queda en sus tierras un lodazal lleno de ramas, piedras y destrucción, que contemplan con angustia mientras enfrentan las deudas en los bancos.

Rubiela Rubiano, una integrante de las siete familias impactadas directamente por este infortunio, asegura que es algo que viven una y otra vez, y en esta época de invierno siente que la situación empeora.

“Hace un año empezó el problema con la primera creciente y el río se llevó nuestros cultivos, que había unos para empezar a coger y otros a mitad de producción, de yuca, plátano, maíz, papaya, aguacate y todo eso que Dios nos da para hacer”, relata ella con nostalgia.

Sin respuestas para su problemática

Entonces, “se le pidió al señor Alcalde la ayuda, que nos facilitara la maquinaria para hacer una desviación del río y que el cogiera el cauce que siempre ha tenido; pero este es el momento y no hemos sido escuchados, solo nos dicen que hay que esperar”.

Y eso que en aquel momento recibieron una visita de Gestión del Riesgo municipal, a la parte alta donde se desvió el río; “fuimos a ver dónde se debía hacer el trabajo, pero es el momento y nada”.

Los atormentados campesinos dicen sentir tristeza al ver que no los “quieren escuchar. Y no es solo por las siete familias, sino que todos son perjudicados porque el río está por la vía en este tiempo de lluvia… pero nunca se puede hacer nada con la excusa de la pandemia, ya no sabemos qué hacer”.

Su dolor aumenta de pensar que “la máquina ya está en San Vicente desde diciembre, pero no ha sido posible que nos la envié. El agua cada vez se mete más y eso nos asusta. Los vecinos tienen menos ganado porque los campos están totalmente destruidos.

“Mientras tanto nosotros tenemos más deudas y preocupaciones, y el señor Alcalde tiene conocimiento de eso, pero como yo le dije muy respetuosamente, él no es el que vive de los cultivos… somos nosotros”, lamentó Ruby.