La Comunidad de San Vicente de Chucurí exige acción tras un mes del desastre en la sede 7 Taguales Bajo, de la Institución Educativa Miradores de Llana Caliente. A raíz del vendaval que arrasó con la infraestructura de la Institución, los niños se encuentran estudiando en condiciones peligrosas e inadecuadas y con las promesas de ayuda oficial aún incumplidas
Hace casi un mes, el pasado primero de julio, un vendaval arrasó con parte de la estructura de la Institución Educativa Miradores de LLana Caliente, sede 7 Táguales Bajo. A pesar de la respuesta inicial de Gestión de Riesgos, la comunidad se encuentra desesperada y pide a las autoridades una pronta solución a la dramática situación que vive la institución y sus estudiantes.
Los daños causados por el vendaval, incluyendo inundaciones constantes y humedad en las paredes, han llevado a un deterioro progresivo del edificio escolar. Además, las condiciones de estudio de los niños se han visto afectadas drásticamente. A pesar de que se estableció un espacio "seguro" en el kiosco de la institución, los alumnos deben recibir sus lecciones expuestos a las inclemencias del tiempo, como la lluvia y el sol, y hasta a la presencia de animales peligrosos como serpientes.
La comunidad se siente abandonada por las autoridades. Tras el evento, se comprometieron en acta a entregar los recursos necesarios para la reparación de la escuela en un plazo de 8 días. Sin embargo, casi un mes después, no se ha hecho nada. La falta de respuesta y la aparente indiferencia de la administración han generado un sentimiento de impotencia entre los habitantes de Yana Caliente. Exigen una solución inmediata a este problema que pone en peligro la educación y la seguridad de sus hijos.
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