En Alarcón se sienten inseguros por llegada de habitantes de calle

Riñas con arma blanca, consumo de droga, mendicidad, amenazas, hurtos y hasta gritos de agresivas discusiones, llenas de palabras soeces a altas horas de la noche o durante la madrugada, son el nuevo diario vivir de los habitantes del conjunto Balcones de Vizcaya en el barrio Alarcón de Bucaramanga, según denuncian.

Sintiéndose muy inseguros y temerosos, estos ciudadanos salieron a la vía pública esta semana para protestar, ya que estas situaciones habrían comenzado con la llegada de una fundación para habitantes de calle, hace unos cuatro meses.

Para ellos la causa es noble pero los resultados son problemáticos debido a las personas de vivienda no formal que llegan con comportamientos que – insisten - afectan la convivencia y la tranquilidad.

“Solicitamos que se haga una intervención y que se suspenda de forma inmediata el funcionamiento de la fundación, pues pone en riesgo nuestra integridad. Los habitantes de calle se han metido a los locales del edificio a tomar de forma abusiva los alimentos, hurtar sillas, acosar a las personas y hasta agredirlas”, asegura uno de los residentes.

“Aquí viven niños y cerca hay dos colegios, ¿y qué se está moviendo delante de ellos?, ollas de microtráfico, consumo de vicio, peleas violentas, conversaciones pesadas. Y no solo eso, estas personas siempre están esperando la oportunidad para robar lo que esté a la mano.

“A un vendedor lo agredieron con arma blanca, denuncia que creemos debe reposar en la inspección de Policía, pues el caso fue atendido por la autoridad. A los empleados del edificio les hurtan sus herramientas de trabajo al menor descuido. Han agredido con piedra la fachada del edificio, nuestra inversión como propietarios se está viendo en riesgo”, añadió otro de los habitantes.

Incluso, en un caso muy puntual, a uno de los vecinos se le “entraron a la casa. Le dieron ‘algo’ al perro, abrieron la reja y se metieron a robar. Nos sentimos amenazados, no podemos ni salir ni entrar con tranquilidad”, lamenta la comunidad.

Ante toda esta situación, esperan que la Alcaldía tome cartas en el asunto, “pues el bien para unos se esta convirtiendo en el problema de otros”.